Durante la jornada de hoy se produjo a lo largo y ancho de todo el país la constitución de los nuevos concejos comunales.
Con este acto se viene a poner fin al ciclo de una de las elecciones municipales más extrañas en décadas; acompañadas por inéditas elecciones de constituyentes y gobernador@s regionales, en medio de una pandemia, que en pleno siglo XXI nos transportó de vuelta a la edad media y la vulnerabilidad que sintió la humanidad frente a la peste negra o el cólera, y las sucesivas postergaciones del acto electoral.
Este fin/inicio de ciclo marca también para nuestra comuna una suerte de retorno a la “normalidad política” luego de un periodo convulso que incluyó un lapidario informe de contraloría sobre la administración municipal, el lamentable deceso del entonces alcalde en ejercicio Nelson Orellana, la disputa por la sucesión municipal y los respectivos reemplazos, y el muy positivo hito de contar por primera vez en la historia de la comuna con una mujer en el sillón edilicio.
Pero tal como la vida misma del país, esta vuelta a la normalidad no puede ser una vuelta a lo mismo, sería un profundo error que se trata de intentar olvidar el 18-O y la pandemia para “retomar el rumbo, pues si algo nos enseñó la revuelta es que tal rumbo estaba errado Efectivamente desde el estallido social se ha instalado en el sentir y el alma nacional la necesidad de dar forma a un nuevo país… a un nuevo orden nacional donde no tengan cabida las formulas usadas, desgastadas y agotadas durante la mal llamada transición, que en lugar de constituirse en una suerte de bisagra hacia un país más justo acabo cerrando la puerta y naturalizando el abuso, la explotación y la injusticia; sin profundizar mucho, me refiero aquí a: pensiones de hambre, un sueldo mínimo que no alcanza para una subsistencia mínima, privatizaciones de los sistemas de salud y de pensiones que sólo buscan la maximización de la ganancia, la privatización del agua, la entrega de concesiones mineras y de explotación de otros recursos a destajo; pero también los escándalos del financiamiento irregular de la política (soborno y cohecho le dicen de un país normal… tal vez de ahí eso de “Chile, país de poetas”), el pacoGate, el milicoGate… y la guinda de la torta: el presidente encargado reo, que se dice de clase media pero aparece en el ranking de Forbes…
Necesitamos construir un país mejor, y debemos partir por nuestro gobierno local; necesitamos hechos y no sólo discursos. Esta comuna necesita autoridades que actúen con propiedad y sin perder de vista a la comunidad a la que representan ni los tiempos que corren.
Y aunque iniciamos el proceso con un concejo con más falencias y divergencias que puntos de encuentro, carentes de experiencia en algunos casos, de conocimientos en otros; deberíamos ir bien en la medida que no les falle la memoria ni les falte la decencia.
Manuel Rodríguez no era perfecto, le gustaba el webeo, las chinas y la chingana; pero no andaba diciendo ser Manuel Rodriguez, sólo se dedicó a serlo y hacer lo que su pueblo necesitaba.
Cesar Villagra
Tvo Tiltil